"¡Gratis! Recibe cada día 1 frase, 1 reflexión y 1 recomendación para ser tu mejor versión...(tu familia te lo agradecerá)"
Miércoles, 5:20pm
Querido Lector,
Aquí estás otro día más.
Como has sido obediente hoy hablaremos del ayuno intermitente.
(inciso, por si tú, como yo, tampoco habías caído en ello pero la palabra “desayuno” es, literalmente, “dejar de ayunar”).
Sonada es la anécdota de Rumi cuando estaba a punto de terminar el ayuno del Ramadán junto con otros discípulos suyos y un mendigo tocó la puerta…
“Toc, toc. Buenos días, ¿me podrían dar algo de comer?“
Y Rumi, ni corto ni perezoso, decidió no darle comida sobrante sino darle SU PROPIO PLATO y continuar su ayuno el resto del día.
“Pero maestro, ¿por qué has hecho eso? Había comida de sobra para haber compartido con este mendigo, no hacía falta ofrecer su propio plato”
“Mira, la realidad es que no puedo soportar ver a alguien hambriento cuando tengo comida en mi plano. Además, el verdadero ayuno no es sólo abstenerse de comida y bebida, sino también de la avaricia y la falta de compasión. Si no podemos compartir nuestra comida con los demás, ¿cómo podemos esperar alcanzar la unión con lo divino”.
Escucha, ayunar ha sido un elemento común de varias religiones y prácticas espirituales en el mundo durante milenios como medio de purificación del cuerpo y el alma y ayuda en la práctica de la meditación.
(por no mencionar el hecho de que históricamente, no hace tanto, no existían los frigoríficos ni tan siquiera la agricultura. Los hombres de aquella época sobrevivían ayunando largos períodos de tiempo. Ya sabes, cazo Mamut, como hasta petar, espero unas semanas hasta que encuentro algo más que llevarme a la boca y mientras tanto sobrevivo ayunando).
Cómo sería la pasión de Rumi por la idea del ayuno que un día decidió escribir el siguiente extracto de un poema titulado
“la alegría del ayuno”:
“(...)
Cuando ayunas, los buenos hábitos se juntan como amigos que quieren ayudarte.
(...)
No te dejes llevar por ninguna ilusión y pierdas tu poder, pero incluso si lo has hecho, si has perdido toda voluntad y control, ellos regresan cuando ayunas, como soldados que aparecen de la tierra, con banderines volando sobre ellos.
Una mesa desciende a vuestras tiendas, la mesa de Jesús.
Espera ver, cuando ayunes, esta mesa untada con otros alimentos, mejor que el caldo de coles”
"¡Novedad! De Peter Griffin a Antonio Alcántara con 1 email al día, su Señoría..."
Parece, por tanto, bastante claro que el ayuno es un concepto o una práctica que trae múltiples beneficios asociados.
¿Y cómo hablar del ayuno sin hacerlo de su primo el “ayuno intermitente”?
Imposible, hoy en día.
Por si has vivido en una cueva los últimos 20 años te comento que el ayuno intermitente 16/8 es el más comúnmente practicado en el mundo por ser también el más fácil.
Consiste en comer durante 8 horas cada día (por ejemplo entre 2pm y 10pm, horario de cena totalmente español), dejando que en las 16 horas restantes se active en el cuerpo lo que descubrió el científico japonés Yoshinori Ohsumi y que le valió recibir el Premio Nobel de Medicina en el año 2016:
La autofagia.
Sí, como su propio nombre de origen griego indica, en la autofagia el cuerpo literalmente se está “comiendo a sí mismo” aprovechando para la regeneración celular y eliminar desechos.
Todo esto, como bien intuyes, ayuda a eliminar toxinas, adelgazar, prevenir enfermedades y combatir el envejecimiento.
Porque, querido lector, recuerda que morirás.
Moriremos los 2.
Tú y yo.
Lo que no sabemos es cuándo ni cómo.
Y para recordarlo cada día, por si te despistas, nada mejor que repetir el dicho latino "Memento Mori".
Un fuerte abrazo,
Mr Kaizen (改善)
PD: Si esta historia de Rumi y el giro de guión recordándote que morirás te han gustado suscríbete a "Construyendo Una Vida Extraordinaria" aquí abajo.
PPD: Memento Mori.
"Empezando hoy, estas personas te traerán mejora diaria para una vida extraordinaria..."